Contemplar la idea de adquirir una póliza de seguro hace pensar si necesario es ese gasto en este momento. La primera respuesta es que es un desembolso relativamente importante de dinero y la segunda es creer en la poca probabilidad de que ocurra un accidente grave o algún suceso que altere radicalmente la situación actual.
No obstante, los, imprevistos, accidentes o enfermedades están a la orden del día y cambian la vida de las personas muy rápido. Poder reducir el efecto negativo de una hipotética situación grave y entra en mayor proporción en la categoría de una inversión que en la de gastos.Transferir los riesgos
Una póliza de seguro es un instrumento que ofrece colaborar con la tranquilidad del entorno familiar o laboral.
Su contratación pone en manos de la compañía aseguradora todo el riesgo. Contar con el beneficio de una compensación para proteger la integridad de la familia, la salud personal o la infraestructura de la empresa en caso de algún problema o accidente, hace que se vea esta transacción más como una inversión.
Proteger a la familia, asegurar la vida o prevenir accidentes personales o laborales, son motivos suficientes para contratar una póliza. Una vez tomada la decisión se presenta un nuevo planteamiento, que es escoger el instrumento que cubra las expectativas, todo esto lo arma el prospecto con el productor y de esta manera queda todo armado a medida de las necesidades que el prospecto necesita.
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